Es curioso ver cómo la opinión de la gente sobre un tema u otras personas o instituciones cambia radicalmente en cuanto no les dan la razón. Hay que escuchar y obedecer a nuestros mayores, puesto que ellos han vivido más años y más cosas que nosotros. Pero si no coinciden con nuestro punto de vista, no hay que darles crédito porque chochean. Hay que prestar atención a los niños porque, en su efímera inocencia, nos regalan pequeñas perlas de lógica y sabiduría infantil. Pero si resultan tener más lógica y más cabeza que nosotros o simplemente dicen algo que no nos atrevemos a reafirmar, no hay que darle importancia. Solamente son niños. Los jóvenes son el futuro, por eso han de ser escuchados. Son la voz de los ciudadanos del mañana y sus opiniones deben ser valoradas. Pero si se manifiestan en contra de medidas injustas tomadas unilateralmente por un Gobierno igualmente injusto, son unos perroflautas, antisistemas de extrema izquierda. El Tribunal Cons...
Ya sabréis de mi vida cuando publique yo misma mi biografía no autorizada, hagan una peli basada en ella y termine podrida de dinero. Hasta entonces paciencia.