Este tema para mí, ES PERSONAL, maldita sea xD
La carta de hoy va dedicada a...
Amigo sobón:
Durante ese maravilloso y milagroso proceso por el cual usted crecía en el vientre materno, la providencia y un correcto proceso de gestación, hicieron posible que llegase al mundo dotado de un par de órganos prénsiles situados en el extremo de los antebrazos.
El objeto de esta misiva es comunicarle que está empleándo dichos órganos de manera incorrecta.
Dentro del amplísimo abanico de movimientos y funciones disponibles, usted abusa de determinadas licencias que pueden acarrearle problemas sociales o incluso poner en peligro su integridad física y la de los que están a su alrededor (Uy mira, como el tabaco). El hecho de que usted gesticule o apostille su relato con gestos, entra dentro de las funciones típicas y resulta ilustrativo y enriquecedor para la conversación. Sin embargo, tocar al interlocutor en exceso puede ser malinterpretado y puede suponer un problema.
Por eso, aprovecho (y disculpará usted mi osadía) para hacerle un pequeño tutorial para que vaya puliendo y corrigiendo esa desagradable costumbre.
-Procure no utilizar a su interlocutor de marioneta. Puede darse el caso en el que usted, arrastrado por la pasión y de manera inconsciente, reproduzca la pelea de la película de Steven Segal que vio la noche anterior... azotando y golpeando al ser humano más cercano. Cómprese unos muñecos en la juguetería más cercana y llévelos consigo para evitar daños humanos. Ya que usted es físicamente incapaz de comunicarse sin necesidad de montar un circo, por lo menos prepárese una buena adaptación con los muñecos.
-Si considera que el oyente no presta la atención que usted considera necesaria, no será necesario que aplique su técnica ninja de los golpecitos en el hombro. Puede ser usted demandado por daños y perjuicios tras una conversación de un cuarto de hora. Las dislocaciones de hombro son dolorosas y su interlocutor podría guardarle rencor. Utilice otros métodos. Invéntese algo extravagante o adorne un poco la historia. Si necesita agredir a los que le escuchan, posiblemente todo lo que esté contando sea un petardo infumable.
-En caso de que se vea en una situación especial que da más margen al contacto físico, como por ejemplo un reencuentro, no abuse. Un abrazo o un apretón de manos entran dentro de los estándares normales. Las palmaditas el la espalda, los cachetes en las mejillas o los pellizquitos en los brazos ajenos... SOBRAN. El afecto se puede demostrar de múltiples maneras, si está interesado en abandonar esa feísima costumbre, podemos enviarle una colección de tarjetas con "smileys" para manifestar sus estados de ánimo sin necesidad de avasallar a nadie. Si, por el contrario, no se encuentra en disposición de dejar de hacer el canelo, enviaremos a sus víctimas una colección de correas para detenerle en caso de que entre en éxtasis sobón.
-Los niños, son seres humanos. La acción de espachurrarles la cara en el intento de darles un beso, les resulta invasiva y produce una sensación de rechazo. Puede parecer increíble dado el aspecto rechoncho y blandito de las criaturas, pero tampoco toleran los pellizcos en las mejillas. Eso provoca una pérdida acelerada de colágeno en la piel de los infantes que con los años tendrán que corregir con cien mil cremas cosméticas que usted tendrá que pagar de su bolsillo. Preocupada como estoy por su economía, le pediría que no tentase a esas pequeñas bestias a vengarse.
Sin nada más que añadir y esperando que mi carta haya hecho mella en usted y haya decidido aprender a hablar a otras personas como los seres humanos... me despido.
Atentamente, Gy.
La carta de hoy va dedicada a...
Los que hablan y te tocan o agreden en el proceso.
Amigo sobón:
Durante ese maravilloso y milagroso proceso por el cual usted crecía en el vientre materno, la providencia y un correcto proceso de gestación, hicieron posible que llegase al mundo dotado de un par de órganos prénsiles situados en el extremo de los antebrazos.
El objeto de esta misiva es comunicarle que está empleándo dichos órganos de manera incorrecta.
Dentro del amplísimo abanico de movimientos y funciones disponibles, usted abusa de determinadas licencias que pueden acarrearle problemas sociales o incluso poner en peligro su integridad física y la de los que están a su alrededor (Uy mira, como el tabaco). El hecho de que usted gesticule o apostille su relato con gestos, entra dentro de las funciones típicas y resulta ilustrativo y enriquecedor para la conversación. Sin embargo, tocar al interlocutor en exceso puede ser malinterpretado y puede suponer un problema.
Por eso, aprovecho (y disculpará usted mi osadía) para hacerle un pequeño tutorial para que vaya puliendo y corrigiendo esa desagradable costumbre.
-Procure no utilizar a su interlocutor de marioneta. Puede darse el caso en el que usted, arrastrado por la pasión y de manera inconsciente, reproduzca la pelea de la película de Steven Segal que vio la noche anterior... azotando y golpeando al ser humano más cercano. Cómprese unos muñecos en la juguetería más cercana y llévelos consigo para evitar daños humanos. Ya que usted es físicamente incapaz de comunicarse sin necesidad de montar un circo, por lo menos prepárese una buena adaptación con los muñecos.
-Si considera que el oyente no presta la atención que usted considera necesaria, no será necesario que aplique su técnica ninja de los golpecitos en el hombro. Puede ser usted demandado por daños y perjuicios tras una conversación de un cuarto de hora. Las dislocaciones de hombro son dolorosas y su interlocutor podría guardarle rencor. Utilice otros métodos. Invéntese algo extravagante o adorne un poco la historia. Si necesita agredir a los que le escuchan, posiblemente todo lo que esté contando sea un petardo infumable.
-En caso de que se vea en una situación especial que da más margen al contacto físico, como por ejemplo un reencuentro, no abuse. Un abrazo o un apretón de manos entran dentro de los estándares normales. Las palmaditas el la espalda, los cachetes en las mejillas o los pellizquitos en los brazos ajenos... SOBRAN. El afecto se puede demostrar de múltiples maneras, si está interesado en abandonar esa feísima costumbre, podemos enviarle una colección de tarjetas con "smileys" para manifestar sus estados de ánimo sin necesidad de avasallar a nadie. Si, por el contrario, no se encuentra en disposición de dejar de hacer el canelo, enviaremos a sus víctimas una colección de correas para detenerle en caso de que entre en éxtasis sobón.
-Los niños, son seres humanos. La acción de espachurrarles la cara en el intento de darles un beso, les resulta invasiva y produce una sensación de rechazo. Puede parecer increíble dado el aspecto rechoncho y blandito de las criaturas, pero tampoco toleran los pellizcos en las mejillas. Eso provoca una pérdida acelerada de colágeno en la piel de los infantes que con los años tendrán que corregir con cien mil cremas cosméticas que usted tendrá que pagar de su bolsillo. Preocupada como estoy por su economía, le pediría que no tentase a esas pequeñas bestias a vengarse.
Sin nada más que añadir y esperando que mi carta haya hecho mella en usted y haya decidido aprender a hablar a otras personas como los seres humanos... me despido.
Atentamente, Gy.
Eso no pasa conmigo, con lo poco cariñosa y algo arisca que soy .. jajaja aunque a mas de alguno le vendria bien leer esto!.
ResponderEliminarPD: los pellizcos en la mejilla son lo peor! ='( sinf, menos mal que hace años que pase esa horrible etapa.
TE A-MO!!
ResponderEliminarVoy a hacer mil copias de esta carta y a entregarlas a todos aquellos que pienso que deben morir... A ver si se dan un poco por aludidos ¬¬
Pequeño apunte: los malditos pellizcos en las mejillas han hecho que desarrolle una fobia patológica a que me toquen la cara.
Pequeño apunte 2: he creado una nueva ley física: cualquier fuerza ejercida sobre mi cuerpo provocará una fuerza de igual dirección, pero sentido opuesto e intensidad multiplicada por dos :P
Bravo.
ResponderEliminarAunque te has dejado a los que te toquetean mientras hablas para flirtear en vez de prestar atención a lo que dices. Ay...
Shiver, lo de los pellizcos debería estar prohibido por ley. Cuando domine el mundo será lo primero que anule. Yo también soy poco cariñosa y arisca. Me toca la moral que me toqueteen gratuitamente.
ResponderEliminarWIZ, yo también me amo mucho xD
Te doy permiso para que transmitas la palabra de Gy por el mundo, eso sí, yo tengo una tarifa alta de derechos de autor :P
Lo de los pellizcos también me ha pasado. Pelo y cara DO NOT TOUCH!! Coincido contigo^^
Sobre tu punto dos... AMO tu nueva Ley física. La adoraré para siempre^^
Fiora, cierto, me he dejado eso, pero estaba pensando en Robert Downey Jr mientras lo escribía y si ese se pone a flirtear conmigo tiene luz verde xDDDDD
Pero sí, llevas razón. Los sobones existen en manadas, oye xDDDD
Muchas gracias por pasaros xD