Hace unos días me fui a comprar ropa. No por vicio, sino porque me hacía falta (Y esto es verdad, verdad, verdad de la buena) y el caso es que, fui a dar con toda la fauna extraña de todas las tiendas a las que fui. Llegué a la primera tienda y vi un vestido preciosísimo que parecía muy fresquito, que no había que plancharlo casi y además, intuía que me iba a quedar de muerte cerebral. Voy, busco la talla y como soy así de optimista, cogí la 40. Me fui al probador mientras mi señora madre me daba conversación y, para mi regocijo, descubrí que me sobraba por todas partes.
Le pedí a mi madre que me alcanzase una talla menos y tuve el gran placer de escuchar la siguiente conversación.
Después de esto, me fui a buscar unas sandalias nuevas utilizando de referencia a mi madre, que es Premio Anual al Tobillo-Gamba de la Comunidad de Madrid. O sea, todo lo que a ella le quedaba justo, quedaba automáticamente descartado para mí. Después del arduo proceso de selección, le pedí a la dependienta que me diese un 38 de los modelos que me gustaban, y su cara me lo dijo todo. A pesar de la elocuencia de su gesto, ella se empeñó en utilizar palabras para explicarme la situación:
Pero bueno, para todos los que os habéis quedado impactados con la historia y os preguntáis si al final logré hacer algo productivo, os comunico que...
Seguiremos informando.
Le pedí a mi madre que me alcanzase una talla menos y tuve el gran placer de escuchar la siguiente conversación.
Mi madre:Perdona cielo, ¿tienes una talla menos de esto?
Dependienta que se perdió ese capítulo de Barrio Sésamo: Sí, toma...
Mi madre: Esto... eh... me has dado una 42.
Dependienta: ¡Ah, sí! pero es que da muy poca talla.
Mi madre: Si, vale, muy bien, pero esto no es lo que te he pedido.
Dependienta: Que se lo pruebe, ya verá como le queda estupendamente.
Mi madre: A ver cómo te lo explico... quiero una 38, por favor.
La dependienta: No nos queda, pero la 42... es como si fuese una 38
Mi madre: Haber empezado por ahí madremíadelamorhermoso
Yo, asomándome detrás de la cortinilla: ¿Y una 38 es como una 34? ¿Mamá, eso quiere decir que quepo en una 36?
Mi madre: Cállate. Nos vamos.
Dependienta que se perdió ese capítulo de Barrio Sésamo: Sí, toma...
Mi madre: Esto... eh... me has dado una 42.
Dependienta: ¡Ah, sí! pero es que da muy poca talla.
Mi madre: Si, vale, muy bien, pero esto no es lo que te he pedido.
Dependienta: Que se lo pruebe, ya verá como le queda estupendamente.
Mi madre: A ver cómo te lo explico... quiero una 38, por favor.
La dependienta: No nos queda, pero la 42... es como si fuese una 38
Mi madre: Haber empezado por ahí madremíadelamorhermoso
Yo, asomándome detrás de la cortinilla: ¿Y una 38 es como una 34? ¿Mamá, eso quiere decir que quepo en una 36?
Mi madre: Cállate. Nos vamos.
Conclusión 1: Ahora la nueva premisa de las ventas es: El cliente nunca lleva la razón, intenta hacerle parecer lo más imbécil posible.
Conclusión 2: La talla 42 es como la 38 y la 40 es como la 40. ¿La 44 a qué equivale?
Gyconsejo: Utilicemos el Sistema Internacional de Unidades, por favor.
Conclusión 2: La talla 42 es como la 38 y la 40 es como la 40. ¿La 44 a qué equivale?
Gyconsejo: Utilicemos el Sistema Internacional de Unidades, por favor.
Después de esto, me fui a buscar unas sandalias nuevas utilizando de referencia a mi madre, que es Premio Anual al Tobillo-Gamba de la Comunidad de Madrid. O sea, todo lo que a ella le quedaba justo, quedaba automáticamente descartado para mí. Después del arduo proceso de selección, le pedí a la dependienta que me diese un 38 de los modelos que me gustaban, y su cara me lo dijo todo. A pesar de la elocuencia de su gesto, ella se empeñó en utilizar palabras para explicarme la situación:
Dependienta que sobreactuaba: ¡Ay, cariño, de estas no me quedan!
Yo: ¿Y por qué están ahí expuestas? ¡Por qué jugáis así con mis sentimientos!
Dependienta: Es que se han vendido muy bien y se nos olvidó quitarlas ¡perdona, cielooo!
Yo: Será porque son de las pocas que no te estrangulan el tobillo.
Dependienta : ¿Y no ves otras que te gusten?
Yo: No... déjame sola...
Mi madre: ¿Y no vais a traer más número?
Dependienta: No, pero mira, puedo darte la dirección de otra de nuestras tiendas, está allí por donde Cristo perdió el mechero y podéis mirar a ver si allí tienen.
Yo: O sea que tampoco es seguro que allí tengan... ¿no puedes llamar y preguntar?
Dependienta: Sí, podría, si suelo hacerlo, pero es que ahora tienen que estar comiendo y como que es una tontería *jijiji*
Mi madre: Pero si apenas es la una...
Yo: Mira, ya hacen como los funcionarios...
Yo: ¿Y por qué están ahí expuestas? ¡Por qué jugáis así con mis sentimientos!
Dependienta: Es que se han vendido muy bien y se nos olvidó quitarlas ¡perdona, cielooo!
Yo: Será porque son de las pocas que no te estrangulan el tobillo.
Dependienta : ¿Y no ves otras que te gusten?
Yo: No... déjame sola...
Mi madre: ¿Y no vais a traer más número?
Dependienta: No, pero mira, puedo darte la dirección de otra de nuestras tiendas, está allí por donde Cristo perdió el mechero y podéis mirar a ver si allí tienen.
Yo: O sea que tampoco es seguro que allí tengan... ¿no puedes llamar y preguntar?
Dependienta: Sí, podría, si suelo hacerlo, pero es que ahora tienen que estar comiendo y como que es una tontería *jijiji*
Mi madre: Pero si apenas es la una...
Yo: Mira, ya hacen como los funcionarios...
Conclusión: Hay un grave problema en el mundo con la talla 38. Alguien tiene que hacer algo pronto.
GyConsejo: Cuando te digan que no a algo, huye. No te quedes a escuchar la excusa, te deprimes aun mas.
GyConsejo: Cuando te digan que no a algo, huye. No te quedes a escuchar la excusa, te deprimes aun mas.
Pero bueno, para todos los que os habéis quedado impactados con la historia y os preguntáis si al final logré hacer algo productivo, os comunico que...
Al final, tanto mi madre como yo, encontramos lo que ibamos buscando.
*Aaaaaaaa-le-lu-ya, Aaaaaaaaa-le-lu-ya*
Seguiremos informando.
Ey, algo es algo, que yo últimamente siento que las cosas que me gustan no me caben y las que sí muchas veces me dan sensación de señora XD. Xa-LFDM
ResponderEliminarYo el otro día me compré una camiseta... dos tallas más de lo que suelo usar. Volví a casa con una depresión de caballo, pero la camiseta es la hostia, así que le voy a quitar la etiqueta y a disfrutar que son dos días. Y además, mide lo mismo que una 38.
ResponderEliminarConclusión: nadie sabe tallar las prendas como antes T_T
Mami, es que las tiendas están diseñadas para ponernos de mala leche y deprimirmos.
ResponderEliminarWiz, di que sí, ese es el espíritu. Me gusta tu conclusión
Te quejas de vicio, Gy. Si yo pudiese volver a mi amada talla 38 de cuando tenía veinte años... T__T
ResponderEliminarTe comprendo perfectamente, yo también calzo una 38... lo peor es cuando me gustan unas converse y como solo hay de tio (¬¬) no bajan del 42.
ResponderEliminarY en cuanto a los tallajes de camisetas/faldas/vestidos/pantalones, mi madre tiene una frase estrella que es "esperate a que sean las rebajas" y siempre que yo voy a una tienda con rebajas, nunca quedan tallas 38 o M... y como que soy menuda si, pero en una XS no entro... eso si, lo mejor es cuando la XL es igual que la M LOL.
Luthien, si no me quejo de la talla, me quejo de las dependientas xD
ResponderEliminarShiver, te entiendo, te lo juro que te entiendo. Pero vamos, 38 y 40... vuelan. A ver si se aclaran con las tallas
Las tallas están hechas para fastidiar la autoestima... y las tiendas de ropa en general. Y no, eso no se lo hacían a Julia Roberts: No te preocupes, en cuanto domines el mundo les darás su merecido.
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